Me despierto con ese frío matinal, sólo característico de mi pieza, mezcla de mi ventilador por siempre prendido, más el frío mañanero de mi pieza que descansa con la ventana abierta; casi siento que garuga encima mío. Me cuesta un muuundo levantarme, en estado de sopor voy sacando las piernas una y después la otra. Demasiado frío. Vuelta a acostarme. Esta rutina se repite como 4 veces hasta que al final la conciencia me llama y me levanto completamente no seducida con la idea de ir a la universidad.
Me visto con la calma que mi familia siempre me ha recriminado tanto, me peino (+ una lista extensa de nimiedades) y parto a la cocina a tomar desayuno...
Estuve, como siempre, apunto apunto de poder irme cómodamente con mis papás en auto, pero de repente la idea de viajar en micro me seduce, no sé porque ... así que desistí estresarme.
El frío me hiela los pies (las converse no son el mejor recurso para caminar en otoño) pero logré llegar al paradero...
Ya en la segunda micro, cuando mi mente va produciendo cosas inconexas y la música acompaña la travesía (siempre la misma música, tengo que acordarme de cambiarla o mejor dicho... darme las ganas) ví a un tipo que ... era tanta la similitud que me hizo acordar de una frase que escribí (mos) cuando la mañana era parecida a esta. - yo disfruto de las mañanas con música animadamente frenética-
- yo disfruto de las noches con la misma música-
Conclusión:
Persona 1. Disfruto de las mañanas por todo lo que el día tendrá para revelarme.
Persona 2. Disfruto de la noche porque sobreviví el día.
Llegando a la universidad se pone from my hands, (cosa rara porque por lo general la lista nunca avanza hasta esa canción) y pienso que.... mierda, como han cambiado las cosas.