Tuesday, December 29, 2009
Apoteosis
Más frecuente este año que en otros,
he sido capaz de percibir -siempre oportunamente-
una especie de vibración,
que se siente como si cada una de las células de mi cuerpo fuesen violines entonando sus notas más graves, desde la punta de mis pies hasta el pelo más largo de mi cabeza que divaga.
Unos segundos pasados, cuando solo queda la sensación del estremecimiento
soy consciente de todas las conexiones que hay entre las moléculas que forman mi cuerpo y las que forman el agua que bebo y las que sostienen las paredes de mi pieza.
Viene ese pensamiento fugaz, que dura un segundo, de creerme capaz de transformar realidades y pareciera que se iluminara mi conciencia, mi estadía en este lugar...
y todo mi ambiente que se muestra a ratos hostil, se convierte en un enorme lienzo lleno de matices que puedo manejar a mi agrado.
Y todas las relaciones interpersonales, tan ambiguas y ambivalentes
se tornan entendibles desde su raíz...
ahhh mi bendito estado apoteósico, que después me sumerge en oscuridad nuevamente,
y ya solo divago, y ya solo quedo yo.